Importancia de la vacunación COVID-19 para los ancianos

Acelerar las tasas de vacunación contra el COVID-19 entre los adultos mayores, especialmente los ancianos, tiene un impacto en las personas, las familias, la sociedad y la nación.

¿Puede la vacunación contra el COVID-19 prevenir enfermedades graves y la muerte?

El coronavirus es un virus novedoso al que toda la población es susceptible, y entre la población susceptible, los más vulnerables son los ancianos. Debido a que la función inmunológica de los ancianos es más débil que la de los jóvenes, y la mayoría de ellos tienen varias enfermedades subyacentes, el riesgo de enfermedad grave y muerte en caso de infección es muy alto en comparación con el de los adultos y los niños.

Recibir la vacuna COVID-19 es una buena manera de prevenir enfermedades graves y la muerte. En otras palabras, la vacunación contra el covid-19 es eficaz para reducir las enfermedades graves y la muerte en los ancianos.

¿Es segura la vacunación contra el COVID-19 para las personas mayores?

Ya hay datos que muestran que la cantidad de personas mayores que han sido vacunadas con la vacuna COVID-19 en todo el mundo ya es de cientos de millones de dosis, y la edad más alta, en el extranjero, es de 106 años, y también en China es de 106 años. . Tras los datos pertinentes, la tasa de reacciones adversas en las personas mayores que recibieron la nueva vacuna contra el coronavirus es ligeramente inferior a la de los jóvenes, por lo que la vacuna contra la COVID-19 es segura para los mayores.

¿Las personas mayores que rara vez salen necesitan vacunación?

Algunos adultos mayores pueden sentir que el riesgo de infección debe ser mínimo porque se quedan en casa, rara vez salen o se encuentran en áreas rurales remotas y no viajan fuera del país.

Sin embargo, con el predominio de la cepa mutante Omicron, cada vez hay más infecciones asintomáticas por su transmisión más rápida y su carácter insidioso, así como por el aumento de las coberturas vacunales. Si los familiares de personas infectadas asintomáticas regresan a casa, inevitablemente representan un riesgo de infección para los ancianos. También se informó no hace mucho que el hijo de una persona infectada asintomática volvió a ver a su abuela de 99 años, lo que resultó en que la abuela de 99 años contrajera COVID-19.

Solo elevando la tasa de vacunación entre los ancianos podemos realmente ganar la iniciativa y el tiempo para la prevención y el control de brotes.